sábado, 25 de enero de 2020

HOMESCHOOLING: SIN MIEDO 
por José Luis Meléndez

Foto: Nuestros hijos no paran de aprender, tampoco los tuyos. Aquí nuestro primogénito trabajando en sus dibujos durante los días posteriores al paso del huracán María.

Cuando educas en el hogar no esperas la perfección sino la optimización del aprendizaje. El aprendizaje dirigido al desarrollo del máximo potencial no puede prescindir del error, porque se trata de la suma persistente del intento para alcanzar el éxito. No me refiero al éxito superfluo y frívolo de lo pasajero, de lo transitorio de las gratificaciones inmediatas sino del dominio de una destreza o de la comprensión cabal de algún conocimiento deseado. Tampoco es que uno busque equivocarse, por ejemplo, al escribir no busco cometer errores gramaticales. Claro, la posibilidad de cometerlos no va a frenar mi deseo de comunicarme contigo. 

En la escuela los maestros -muy a pesar de sus mejores intenciones-, están obligados a ser verdugos del error, a castigar al que los comete, a despojar a los niños que fallan de sus credenciales evolutivas.[1]Bajo este ambiente hostil contra la niñez y minando sus facultades de autodidactas que desde que llegaron al mundo manifestaban (y que les llevó a obtener conquistas tan asombrosas como el habla), contrasta con la entre error y los mismos maestros. Se entra en una inconsistencia -que no me parece sea de su agrado pero es una práctica “normalizada”-porque con ellos prácticamente no pasa nada pero los estudiantes están bajo amenaza si el error lo cometen ellos. Como dice un viejo proverbio de Gangaji[2]

No tienes que herir para enseñar y no tienes que ser herido para aprender. 

En este contexto nos dice Sir Ken Robinson, autor de varios libros sobre revolución educativa y conferenciante influyente de alcance mundial, existen estudios de muchos años en que se refleja que en la medida que transcurren los años de escolarización los estudiantes pierden su capacidad de formular pensamiento divergente. Es una pérdida gradual que va haciéndose mayor con el paso del tiempo. Los estudiantes se vuelven conservadores. Es muy común que por ello pregunten con frecuencia si lo que se está discutiendo en el salón va a ser incluido en el examen. El pensamiento divergente es aquel capaz de hallar múltiples respuestas a un problema para el que un sistema autoritario ya tiene una única respuesta que espera se acate obedientemente. El dato lo ofrece Robinson en una videoconferencia titulada Cambiando paradigmas en la educación.[3]

El pensamiento divergente es imprescindible en estos tiempos para que nuestros niños no crezcan creyendo ser una pieza en una maquinaria sino un eje (Godin) que asume responsabilidad y liderato, en un mundo que dejó de premiar al sumiso y que depende de mentes ágiles, creativas, libres y éticas; de jóvenes seguros de sí mismos pero no soberbios, capaces de emprender y producir.  

El error es tan esencial, como parte de lo que puede esperarse de un gran pelotera y de su promedio excelente. Este se calcula tomando en cuenta la enorme cantidad de turnos al bate en que se poncha[4]versus las pocas en que saca la bola del parque. 

De modo que ante tu preocupación por si lo vas a hacer bien si educas en el hogar, seguramente si recuerdas los primeros años de la vida de tu hijo verás que ya hiciste homeschooling, desde que la luz de tus ojos nació hasta el día que se fue a la escuela. 

Allá él no llegó como una pizarra en blanco. No tengas miedo en reanudar lo que venían haciendo tan bien. Comunícate conmigo para ayudarte a iniciar la restauración de una experiencia de aprendizaje que tenga el amor y la felicidad, la confianza en tu hijo, como principio de dicho emprendimiento.

Al país le urge que dejemos de sacrificar talentos al forzar a los niños a someterse a currículos de una sola talla y a un ritmo uniforme y sofocante. El homeschooling para mí es el más importante acontecimiento educacional de estos tiempos y la mejor decisión que seguramente harás, en favor de la más venturosa, excitante y enriquecedora experiencia de aprendizaje que puedas ofrecer a un ser que nació con un apetito insaciable por aprender.



[1]EL concepto lo tomo de la introducción a la obra The Descent of Man de Charles Darwin de la editorial Penguin Classics, a cargo de los profesores James Moore y Adrian Desmond.

[2]Nacida en Texas en 1942, Gangaji creció en Mississippi. Después de graduarse de la Universidad de Mississippi en 1964, se casó y tuvo una hija. En 1972, se mudó a San Francisco, donde comenzó a explorar niveles más profundos de su ser. Tomó votos de Bodhisattva, practicó meditación Zen y Vipassana, ayudó a dirigir un Centro de Meditación Budista Tibetana y tuvo una carrera como acupunturista en el área de la Bahía de San Francisco. https://gangaji.org
[3]La conferencia es altamente recomendable: https://m.youtube.com/watch?v=g8J4LqQPy0M.
[4]Poncharse:Dicho de un bateador de béisbolQuedar eliminado en su turno de batear.

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